A lo largo de los 105 Conversatorios anteriores hemos aprendido como nuestra naturaleza interna tiene una gran influencia en la creación de salud y en la curación de enfermedades. Hemos aprendido que nosotros mismos somos el motor de la co – creación no solo de la calidad de nuestras propias vidas, sino de la co – creación de la calidad de vida que compartimos con toda la humanidad.
La nueva frontera del conocimiento es nuestra conciencia interior. Descubrimos cada día los misterios de nuestro universo interior y la profundidad de nuestra naturaleza spiritual. Al mirar en retrospectiva los eventos de nuestra vida los visualizamos como un Caos con sentido, este es uno de los lenguajes misteriosos de Dios.
Llevamos en nuestras almas el poder de influir en la realidad, de apoyar procesos de sanación y sobre todo de poder orar con Gracia y el poder de solicitar ayuda del Ser Superior. Lo vivimos la semana pasada con las oraciones que Fabiola Prince ha compartido con nosotros en las dos vías.
Con las premisas anteriores David Aguirre se ha formulado los siguientes interrogantes a los cuales tratará de darles respuesta hoy:
Cada gran corriente espiritual (religión) parece tener formas particulares de guiar a sus seguidores en el desarrollo personal. ¿Qué pasaría si se pudieran comparar estas tradiciones a la luz de las prácticas que proponen para el desenvolvimiento del potencial humano?, ¿Existe algo así como unas herramientas en común, subyacentes a las corrientes místicas de la humanidad, que nos puedan guiar en la actualidad en tiempos de tanta incertidumbre y confusión?