70avo Conversatorio

INTRODUCCION

Freud considera que el miedo a la muerte. la tanatofobia, como él la llamaba, era meramente una desazón que provenía de una fuente de preocupación más profunda. No era a la muerte a lo que le temía la gente, porque “Nuestra propia muerte es bastante inimaginable… En lo profundo, nadie cree en su propia muerte, o diciéndolo de otra manera, en el inconsciente cada uno de nosotros está convencido de su propia inmortalidad”.
Las personas que expresan temores relacionados con la muerte, entonces, en realidad están tratando de enfrentarse a sus conflictos infantiles no resueltos, mismos que no pueden hacer conscientes y expresarlos abiertamente.
Los miedos primarios entonces serían la génesis del miedo a la muerte.

La reducción que hace Freud de los temores ante la muerte, a una cubierta neurótica, no recibió ningún reto serio, hasta la aparición del libro de Ernest Becker, publicado en 1973 y titulado “The Denial of Death”.
El punto de vista existencialista de Becker, resaltó la teoría de la ansiedad ante la muerte como un tema capital. No solo es real la ansiedad ante la muerte, sino que es la fuente más profunda de preocupación de la gente. Esta ansiedad es tan intensa que genera muchos, si no es que todos, los miedos y fobias específicas que las personas experimentan en su vida diaria.
Los miedos de estar solo o de estar confinado en un espacio estrecho, por ejemplo, son miedos cuya conexión con la muerte es fácil de rastrear y así mismo lo es la necesidad de luces brillantes y de ruido. Resulta más confortable, más apropiado para mantener nuestra auto-imagen, el transformar la ansiedad subyacente en una variedad de pequeñas aversiones.
De acuerdo con Becker, buena parte de los comportamientos cotidianos de la gente consisten en intentos de negar la muerte y consecuentemente, mantener en control su ansiedad básica.
Becker sugiere también que aquí es donde se vuelve crucial la sociedad, ya que muchas de las prácticas y las creencias están al servicio de negar la muerte y reducir la ansiedad experimentada. Los servicios funerarios con sus flores y homilías o el sistema médico con su actitud evasiva.

Osho se refiere así al Miedo a la Muerte: Tu experiencia de la muerte―de gente muriendo en la miseria, con sufrimiento, con disgusto, con todo tipo de dolores―es lo que origina tu miedo. Porque nadie ha conocido la muerte de un hombre iluminado, con qué belleza muere, con qué éxtasis!. El momento de su muerte es de una luminosidad tremenda, de un silencio… como si su éxtasis irradiase de cada poro de su ser. Aquellos que están cerca de él, aquellos que han tenido la fortuna de estar cerca de él, se sorprenderán de ver que la muerte es mucho más gloriosa que la vida.
Pero este tipo de muerte ocurre solo a aquellos que han vivido totalmente, sin miedo, a aquellos que han vivido con éxtasis, sin preocuparse de que dicen los idiotas sobre la muerte. No la han conocido y continúan hablando acerca de ella.

LUCRECIO CARO, Tito (98?-55 a.C.)., Poeta latino, en su gran obra De Rerum Natura, poema de seis libros, expone la filosofía de Epicuro, (lo moralmente bueno consistía en el placer, entendiendo por tal la ausencia de dolor y la liberación de las perturbaciones en el alma – ataraxia ) y persigue como fin primordial el de liberar a la humanidad del temor a lo sobrenatural y a la muerte. Lucrecio pretendió eliminar el miedo a la divinidad, demostrando que los dioses no han intervenido en la historia del mundo, ya que su intervención sería contradictoria con la misma esencia del ser divino. Se revuelve así contra la tiranía de la religión a la que califica de invención política.
Lucrecio observa la utilización que el poder político de Roma hace de la religión: como fundamento para su poder y como aglutinante de la conducta social de las masas. El poder religioso podía controlar, mejor que el poder político a la población; ésta acataría cualquiera de los intereses ofrecidos, al ser deseados por la divinidad, truco que ha sido usado en más de una ocasión en la historia del mundo.
La muerte es el término ineludible de la vida y no cabe la esperanza de rehuirla. Ocuparse de la muerte es también ocuparse de la vida en su límite; la muerte puede arrojar a la vida su sentido, como proceso retroproyectivo. La muerte aparece como eliminación de lo porvenir, destruye la existencia con lo que obliga al hombre a no aplazar la vida. El hombre, por tanto, dice Lucrecio, puede y debe sobreponerse a la muerte, rodearla de algún modo y hacerse con ella.
El error al aceptar las creencias religiosas llevaba fácilmente al miedo. Miedo que se veía reflejado en mitos y fabulaciones que servían para atormentar a los necios y espantar a los crédulos.
Lucrecio cree que sólo se puede ser ambicioso o codicioso para huir de la miseria de la muerte. Dos aspectos contrarios van a desarrollarse en esta idea: estabilidad de la vida en la riqueza y los honores y destrucción de la misma en la indigencia y en la pobreza. Existe una suerte de dialéctica, resaltada por Lucrecio y otros autores entre el miedo a la muerte por una parte, y la ambición y la codicia por otra , que atenazan al individuo evitando ¬su felicidad, y así, dice Lucrecio, «los hombres quisieron hacerse ilustres y poderosos para sentar su fortuna en una sólida base y poder vivir plácidamente en la opulencia» .

Einstein influenciado por las ideas panteístas de Espinosa, utilizaba las palabras «religión» y “Dios» dándoles significados distintos a los usuales. Para Einstein, un “hombre religioso” era todo aquel que, creyente o no en un Dios, se interesaba en el bien de los demás más allá de sus intereses personales. (El panteísmo es una creencia o concepción del mundo y una doctrina filosófica según la cual el Universo, la naturaleza y Dios son equivalentes. )
El reconocido científico británico Stephen Hawking, autor de «Una breve historia del tiempo», cree que la idea del paraíso y de la vida después de la muerte es un «cuento de hadas» de gente que le tiene miedo a la muerte; considera que no hay nada después del momento en que el cerebro deja de funcionar.
Hawking resalta que su enfermedad -la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA)- le ha llevado a disfrutar más de la vida a pesar de las dificultades que ello implica, ya que el mal que padece es neuro-degenerativo progresivo y le impide moverse y hablar.
«He vivido con la perspectiva de una muerte prematura durante los últimos 49 años. No tengo miedo de morir, pero no tengo prisa por morirme. Es mucho lo que quiero hacer antes», dijo el científico.
Bertram Russell: «La religión se basa, a mi juicio, primordial y principalmente en el miedo. En parte es terror a lo desconocido y, en parte, deseo de sentir que se cuenta con una especie de hermano mayor que estará junto a uno en todas las aflicciones y disputas. El miedo es la base: miedo al misterio, miedo a la derrota, miedo a la muerte. El miedo es el padre de la crueldad, por lo cual no es sorprendente que la crueldad y la religión hayan ido de la mano, porque el miedo está en la base de ambas
Para los cristianos el alma surge con la concepción y a partir de ese momento es eterna. La muerte solo implica al cuerpo, el alma permanece siempre. Tras la muerte tiene lugar un juicio en el que se valoran los méritos y deméritos del difunto; así el alma se salva o se condena viviendo eternamente en la gloria de Dios o apartados de él
Para los budistas, la muerte no es más que un tránsito
Para la tradición hindú nadie nace ni muere en ningún momento, el alma imagina su nacimiento y su muerte
Para El islamismo el único Dios es Alá y su profeta Mahoma. Tras la muerte del cuerpo físico el Alma es conducida al paraíso o al infierno. El paraíso se concibe como una especie de jardín donde se puede gozar de todos los disfrutes, incluso los materiales. El infierno es una región para el dolor y el sufrimiento.
Para los hebreos el hombre no es un espíritu encarnado sino un cuerpo animado. Yahvé formó al hombre del polvo de con sus manos y alentó en su nariz un soplo de vida; lo hizo a su propia imagen y semejanza. El destino del hombre es una cuestión puramente terrenal. Hemos salido del polvo y hemos de volver a él; esa es la base de la sabiduría y la consecuencia del pecado original.
Los egipcios siempre creyeron en la otra vida, las tumbas más primitivas contenían muestras de comida y equipamiento. En general la imaginaban semejante al de este mundo, pero en mejor, con cacerías y cosechas abundantes, ricos banquetes y bellas muchachas.
La muerte es una realidad angustiante, ya que la gente es consciente de que existe y de que llegará pero, la mayoría de las veces, se vive con la incertidumbre de cuándo será el día en que realmente pase. Es precisamente por esa razón que a lo largo de la vida, la muerte es percibida con una sensación muy angustiante.
Otro factor de miedo es que no se sabe qué es lo que sigue después de la muerte; además del temor que causa pensar en dejar a todos nuestros seres queridos, de nunca volverlos a ver.
La psiquiatra suiza-estadounidense Elizabeth Kübler Ross, hace unas tres décadas, ayudó a generaciones de médicos y estudiantes internos de medicina, enfermeras y personal auxiliar, a ayudar a morir en paz. Se aventuró a explorar, enseñar y difundir un buen morir en hospitales y clínicas. Inicialmente, fue resistida por el establishment médico. Con el tiempo, llegó a ser escuchada por sus magistrales desarrollos. Sus libros traducidos a varios idiomas son clásicos en la tanatología moderna. En su vejez, organizaba retiros espirituales de una semana enseñando a los asistentes a observar el curso de sus frustraciones y depresión. De este modo, en los retiros de una semana, los llevaba dignamente a la aceptación del morir, la ultima etapa emocional que comienza con la negación de la propia muerte.
Kübler Ross describió cinco etapas habituales por las que, emocionalmente, pasamos al enfrentar nuestro final mortal. Generalmente, vamos como en una montaña rusa y partimos por la negación de que vamos a morir. Seguimos con una negociación entre la posibilidad de morir y la no realidad o negación, esta etapa se llama negociación. Esta es una forma más sutil de negarnos, y pensamos que si nos portamos bien y hacemos todo lo que el doctor y nuestros seres queridos desean de nosotros, podremos escapar la muerte. La tercera etapa es más realista, y es la rabia o enojo cuando comenzamos a caer en la cuenta que nuestros trucos de negación abierta o sutil no funcionan. Luego, caemos en ladepresiónque es la cuarta etapa, cuando nos damos cuenta que ni siquiera la rabia sirva para luchar con la muerte, y hay una entrega, un “tirar la esponja o la toalla”. Finalmente cuando aceptamos y logramos la paz con lo inevitable, llegamos a la quinta etapa, la aceptación de la muerte. De hecho, incluso los seguros de salud publico, patrocinan o financian parcialmente la atención de estos enfermos y sus familiares. En Estados Unidos son conocidos como Hospice Movement, traducido libremente al español sería algo así como “Morir en Dignidad”.
Judy Leaf, autora de Sin miedo a la muerte ha dedicado casi dos décadas a asistir, participar, apoyar y estar con moribundos. Judy tomó las enseñanzas del Bardo Thödol o Libro tibetano de los muertos, El libro describe las formas más habituales de confusión y errores al atender a moribundos y personas desahuciadas. De hecho, nos muestra que todos somos enfermos terminales, porque todos moriremos, la diferencia es sólo de plazo.
Judy Leaf enseña que no tenemos posibilidad de ayudar a otros a morir si no enfrentamos nuestra propia muerte, aunque sea como un ensayo, con toda su carga emocional de frustración, miedo e incertidumbre. Pero lo hace de una manera bondadosa y gentil, y nos lleva de la mano, mostrándonos meditaciones para calmar la mente. Y enseña cómo abrir el corazóna cultivar la simplicidad, la aceptación, la bondad y la compasión. Enuncia seis principios que se complementan: el Conocimiento; Dar y recibir; Prestar atención a los detalles; Tomarse las cosas con calma; No desanimarse y Estar presente.
Desde esta perspectiva podríamos nuevamente enlazar con los Doce Pétalos de Jorge Carvajal, tarea para un siguiente Conversatorio
Conversando la semana pasada con Diana Navarro durante el control con Santiago Rojas me comentó que los médicos sentían gran frustración con la muerte de un paciente.
Le contesté que si el médico entendía a consciencia su misión, debería hacer su mejor esfuerzo para sanar sus pacientes si esta posibilidad era alta, o ayudarlos a morir en Paz si no lo era.
Y como el Universo tiene sus propias maneras de confrontarnos, recibí posteriormente de tres personas diferentes sus relatos sobre la práctica de esta misión:
A la primera le comunica durante un chequeo de rutina que su cáncer presenta recurrencias varios años después de haber sido erradicado y por lo tanto sugiere unos exámenes para anticipar el reconocimiento de este hecho. Resultado: El Tobogán de la emociones que mencionamos anteriormente.
En el segundo caso a una paciente mayor, diagnosticada con un cáncer terminal hace dos años y medio y con pronóstico de vida de dos meses, su enfermedad le hace metástasis en el cerebro. Su deseo de vivir es muy grande. El Oncólogo la convence de ensayar una Quimio y luego radiaciones. Efectos colaterales letargo y períodos de coma. La familia se opone a seguir el tratamiento. Lo suspenden. En un momento de lucidez pregunta a uno de sus hijos: “Estos es la Agonía? ”. Ante la respuesta afirmativa contesta: “Pues entonces es el momento de morir”, cierra los ojos y muere. Se podrían haber evitado todos los efectos colaterales.
En el tercer caso un diagnóstico equivocado y su tratamiento genera, al ser reconocida la enfermedad dificultades para recomendar acciones inmediatas. Angustia

INTRODUCCION desarrollo_integral1
Los asistentes compartieron situaciones específicas de sus emociones añadiendo contribuciones como las siguientes:
“Estos Conversatorios me parece Mágicos, no hay sesgo. Todos los caminos son válidos.”
“Lo aprendido aquí lo comuniqué a una amiga de origen Alemán con un diagnostico pre – canceroso. La puse en contacto con Sandra Rodriguez quién la apoyó. Mi amiga se empezó a abrir. Abrió sus alas y ahora vuela sola. El nuevo exámen no encontró rastro del diagnóstico anterior. La emociones kle permitieron hacer lo que le gusta y eso la curó”.
“Otra amiga muy cuadriculada no se abrió y por eso la recomendación fuera de unas sugerencias en alimentación fue: Operese”
“Cada uno debe buscar su propio camino”.
“Mi principal aprendizaje: “No quiera controlar a nadie”.
“Mi proceso de duelo me enseñó que los duelos se resulven con dolor o con crecimiento personal”
“La Inclusión es difícil porque es un proceso en contra de nuestra cultura”
“Debemos mirar al mundo con ojos del primer hombre: Asombrándonos!!”.
“Quién no tiene Armonía Interna no puede apreciar la Armonía Externa”.

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