69avo Conversatorio

Mónica Almeida falleció la semana pasada. Algunos de ustedes recordarán la fortaleza con que enfrentó la recurrencia de su Cáncer y sus metástasis posteriores.
Como ella nos lo relató, su vinculación a Emaus le permitió alcanzar una espiritualidad que le dio Fortaleza, Tranquilidad y Valor para enfrentar los nuevos sucesos.
No demostraba miedo.
En la sesión pasada Jorge Botero nos decía: “….La mente se ancla en los actos de creencias. Hay que soltar las anclas. El Cáncer es un Anclaje. La Mente esta anclada en creencias y valores.El miedo nace cuando uno se ancla y se ratifica en creencias y valores….”
Los Anclajes se originan en los miedos, repasemos los miedos desarrollados en la infancia y que influyen en nuestro comportamiento como adultos:

Miedo-al-miedo
1- El miedo al abandono
La soledad es el peor enemigo de quien vivió el abandono en su infancia. Habrá una constante vigilancia hacia esta carencia, lo que ocasionará que quien la haya padecido abandone a sus parejas y a sus proyectos de forma temprana, por temor a ser ella la abandonada. Sería algo así como “te dejo antes de que tú me dejes a mí”, “nadie me apoya, no estoy dispuesto a soportar esto”, “si te vas, no vuelvas…”.
Las personas que han tenido experiencias de abandono en la infancia, tendrán que trabajar su miedo a la soledad, su temor a ser rechazadas y las barreras invisibles al contacto físico.
La herida causada por el abandono no es fácil de curar. Así, tú mismo serás consciente de que ha comenzado a cicatrizar cuando el temor a los momentos de soledad desaparezca y en ellos empiece a fluir un diálogo interior positivo y esperanzador.
2- El miedo al rechazo
Es una herida muy profunda, pues implica el rechazo de nuestro interior. Con interior nos referimos a nuestras vivencias, a nuestros pensamientos y a nuestros sentimientos.
En su aparición pueden influir múltiples factores, tales como el rechazo de los progenitores, de la familia o de los iguales. Genera pensamientos de rechazo, de no ser deseado y de descalificación hacia uno mismo.
La persona que padece esta dolorosa experiencia no se siente merecedora de afecto ni de comprensión y se aísla en su vacío interior por el miedo de ser rechazado. Es probable que, si hemos sufrido esto en nuestra infancia, seamos personas huidizas. Por lo que debemos de trabajar nuestros temores, nuestros miedos internos y esas situaciones que nos generan pánico.
Si es tu caso, ocúpate de tu lugar, de arriesgar y de tomar decisiones por ti mismo. Cada vez te molestará menos que la gente se aleje y no te tomarás como algo personal que se olviden de ti en algún momento.
3- La humillación o el miedo a la destrucción de la Autoestima.
Esta herida se genera cuando en su momento sentimos que los demás nos desaprueban y nos critican. Podemos generar estos problemas en nuestros niños diciéndoles que son torpes, malos o unos pesados, así como aireando sus problemas ante los demás; esto destruye la autoestima infantil.
El tipo de personalidad que se genera con frecuencia es una personalidad dependiente. Además, podemos haber aprendido a ser “tiranos” y egoístas como un mecanismo de defensa, e incluso a humillar a los demás como escudo protector.
Haber sufrido este tipo de experiencias requiere que trabajemos nuestra independencia, nuestra libertad, la comprensión de nuestras necesidades y temores, así como nuestras prioridades.
4- La traición o el miedo a confiar
Surge cuando el niño se ha sentido traicionado por alguno de sus padres principalmente, no cumpliendo sus promesas. Esto genera una desconfianza que se puede transformar en envidia y otros sentimientos negativos, por no sentirse merecedor de lo prometido y de lo que otros tienen.
Haber padecido estos problemas en la infancia construye personas controladoras y que quieren tenerlo todo atado y reatado. Si has padecido estos problemas en la infancia, es probable que sientas la necesidad de ejercer cierto control sobre los demás, lo que frecuentemente se justifica con un carácter fuerte.
Estas personas suelen confirmar sus errores por su forma de actuar. Requiere trabajar la paciencia, la tolerancia y el saber vivir, así como aprender a estar solo y a delegar responsabilidades.
5- La injusticia o el miedo a la ineficacia.
Se origina en un entorno en el que los cuidadores principales son fríos y autoritarios. En la infancia, una exigencia en demasía y que sobrepase los límites generará sentimientos de ineficacia y de inutilidad, tanto en la niñez como en la edad adulta.
Las consecuencias directas en la conducta de quien lo padece será la rigidez, pues estas personas intentan ser muy importantes y adquirir un gran poder. Además, es probable se haya creado un fanatismo por el orden y el perfeccionismo, así como la incapacidad para tomar decisiones con seguridad.
Requiere trabajar la desconfianza y la rigidez mental, generando la mayor flexibilidad posible y permitiéndose confiar en los demás.
Envié esta introducción al tema a Catalina preguntándole: “Como empalmaos este tema con los Doce Pétalos?” y ella me contestó:

1. Soledad, aprender a ser nuestra propia compañía para que al estar con el otro sea relación plena. Para tener una sólida compañía hay que partir de la soledad sino sabemos estar solos no vamos a saber estar acompañados porque no disfruto de mis relaciones sino que las uso para llenar mis vacíos entonces mis relaciones van a estar llenas de apegos y sufrimientos.

2. El miedo al rechazo es el miedo a mirarme desde mi pequeña personalidad y no desde lo que realmente soy el alma. Inclusividad etc.

3.Miedo a la destrucción de la autoestima, personalidad dependiente. Desapego

4. Miedo a confiar si no confío en mi no puedo confiar en nadie. Responsabilidad o habilidad para responder

5. Injusticia o miedo a la ineficiencia. Nuevamente confianza, responsabilidad y participatividad con la conciencia de que somos parte unos de los otros, no hay mejores ni peores. Salir de la postura de la víctima: ?Qué espero yo de la vida? a la del ser ¿Qué espera la vida de mi?

y vamos desarrollando los puntos se puede integrar con emociones básicas miedo, ira etc Todo es todo

Con este puente a los Doce Pétalos iniciamos la Sesión que se desarrolló de la siguiente manera:

Miedo 1- Abandono. Es característicos de los niños adoptados, la leche materna y el líquido amniótico de la placenta tienen una “sabor” a ADN de la madre que genera sensación de rechazo al ser alimentado con leche de madre sustituta. Pero surge en otros casos: Uno de los participantes relató su experiencia cuando sus padres y hermanos se fueron de viaje a Cartagena y la dejaron sola en Bogotá. Posteriormente se identificó este momento con la aparición del Asma como reacción a este miedo. Hay una caracterización de las personas que lo han experimentado: “ Personas Abandónicas”.

Miedo 2- Rechazo. Existe evidentemente el Bulling, el matoneo, los Apodos. Una de las asistentes comentó que al protestar en colegio por el Matoneo a uno de sus hijos la respuesta de la madre del agresor fue: “Enséñele a sus hijos a defenderse del mío”. Las redes sociales han potencializado este tema. Los pares son espejos que enseñan fortalezas, cualidades o defectos. Aquí nace el Bulling.
Quien está bien consigo mismo está bien con los demás.
Jorge Cravajal aconseja: “ No te mires desde el el Gigante de tus ensueños o desde el enano de tus complejos”.

Miedo 3- Humillación. Uno cree que los hijos deben cumplir las expectativas que uno tiene.
El hijo Mayor es la suma de todos los miedos.
Hoy la tendencia de la juventud es estudiar carreras diferentes a las tradicionales que los padres recomendarían y por lo tanto tienen dificultad en entender estas decisiones.
Los Hijos por ejemplo quieren estudiar Hospitality – Event Mangement para organizar presentaciones de desfiles Pret á Porté; o Sistemas para diseñar ciudades Inteligentes.
Otra asistente relata como en el matrimonio de una sobrina las tías decidieron regalar unas sillas a su gusto que a los ojos de los jóvenes fueron calificadas como “espantosa”.

Miedos 4- y 5 – La traición / La Injusticia. Aquí surge un puente evidente con las enseñanzas de Jorge Carvajal. El primer Pétalo de Agua es la Soledad. Yo me vuelvo amigo de mi mismo. Jesús estuvo 40 días en el Desierto. Yo soy completo y no la mitad de alguien, (la ½ Naranja ). Si no sabemos vivir solos no sabemos vivir en compañía. La relación entrega el poder a la otra persona. Uso al otro para llenar mis vacíos. Soy Víctima. Pongo todo afuera.
Con Soledad puedo reflexionar. La Soledad no puede tomarse como abandono.
Catalina comenta que una vez al año se va a su retiro de Silencio, o al Mar.
Cuando uno hace momentos de Soledad la vida le obliga a tener esos momentos.
Los momentos dolorosos generan concentración de Dentrinas en el cerebro. Para desfijarlos es necesario revivirlos y pasarlos al Neocortex volviéndolos conscientes. Están en el Hipocampo, en la Amígdala. Los dolores deben revivirse.
Santiago Rojas ha desarrollado un Kit del Perdón.
Escribir en detalle lo que vió, sintió,. La memoria es el último recuerdo. No es olvidar, Es transformar. Los momentos de pausa dan la integración.
El Dolor vs el Sufrimiento. El Dolor es inevitable. El Sufrimiento es un Apego al Dolor. El problema de las emociones es que nos quedamos en el nivel de supervivencia. Que la ira se quede ahí. La ira es un motor, viene de la sensación de injusticia y nos impulsa a actura.

El Miedo al rechazo se supera mirándose desde lo que realmente soy y no desde lo que debo ser. El como si…. es lo mas poderoso que tenemos. Soy capaz de creer que soy el alma, algo superior.
El 1er Pétalo de Tierra es la Responsabilidad; es el primer contacto con el alma. Debe producir relajación.
Retomaremos la Lista de Pendientes Tácticos / Estratégicos.
Algunos asistentes comparten experiencias y sentimientos relacionados con los Pendientes.
El Corazón se siente tan bien cuando sirve porque Servir es la forma de eliminar Karma.

El Pétalo de la Inclusividad. Para ser Inclusive debo incluirme a mí mismo y ocupar mi lugar. Cuando no ocupo mi lugar estorbo a alguien.
Tu haces tu parte sin esperar nada. Como puedo hacer y sentir paz?. Sin estar atado al resultado. Hacer lo mejor que se puede. Poner la acción en mí y no en al otro.
A – Tensión. La energía sigue a la atención.

Interviene Jorge Botero para decir: El Camino que siguen ustedes es muy largo.
Y continúa: Yo ya me habría muerto. Se puede perder en el bosque. No son las críticas en el momento de tomar la decisión. El miedo mirado desde el objeto temido. Esa no es la pregunta.
Olvidarse del bosque. La pregunta es Cual es el común denominador del miedo?. Donde se concentran? Si entendemos la dinámica del miedo en sí podremos poner el dedo en el tronco y no en las ramas y así llegar a las raíces. El objeto temido desparece.
Si pregunto como manejo el miedo ya me perdí.
La pregunta es que es el miedo? La pregunta errónea, Que lo impide?, le da el poder al otro. Paraliza la mente.
Como se hace? Yo tengo el poder. Que impide que yo pueda quitarme?… En este momento la mente empieza a proponer soluciones diferentes.
En mi caso tenía que ver con el silencio
El Miedo tiene dos raíces:
 El Tiempo, el manejo del tiempo sicológico.
 La Creencia. Si es “Yo creo..”, ya se perdió el cerebro. Se queda quieto porque ya resolvió el tema.
El Miedo es reconocer que a través de la palabra me estoy curando. La mente temerosa no tiene forma de resolver su enfermedad.
Hay diferencia entre creer y saber. Hay certezas que son terquedad. Reafirmaciones.
Cuando no me importó si me moría o no empecé a vivir. Solté a mis hijos. Me correspondía sanar.

Catalina Soto y yo contestamos que con ese enfoque desaparecen los Conversatorios. Nuestro enfoque es diferente. Cada persona tiene su propio ritmo para equilibrar Mente Cuerpo, Emociones y Espíritu. El equilibrio indudablemente repercute en el sistema inmunológico y permite sanar.
Estamos haciendo Camino al Andar. Somos Peregrinos de nuestro Propio Camino. El Sanar es un Alto de este Peregrinaje. Buscamos la Espiritualidad y con ella una Fusión con el Universo.
Como los Romeros, cada uno con su particular ritmo encontrará el suyo a su debido tiempo. Aquí estudiamos las herramientas que nos permiten avanzar en el Camino y sortear los obstáculos que se presentan, reconociendo que no tenemos todas las respuestas y que no conocemos todas la herramientas; y que para complementarnos buscamos aquellas personas cuyo Corazón se siente bien cuando Sirve y comparten su conocimiento con nosotros.

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