Fundirse en la Esencia de la Vida – C 128

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Karen Armstrong (Wildmoor, Worcestershire, Reino Unido, 1944) ingresó a los 17 años a una congregación de monjas católicas, la Sociedad Santo Niño Jesus, que se autoflagelaban y llevaban un cilicio en el brazo. Enviada a estudiar Literatura Inglesa en el St. Anne´s College de la Universidad de Oxford, abandona la orden durante sus estudios. Posteriormente fue profesora de Literatura Inglesa en la Universidad de Londres, y profesora en un colegio de niñas, con periodos sin trabajar por estar afectada por la epilepsia.

Trabajando en el colegio privado femenino publicó su primer ensayo en 1981, Through the Narrow Gate. A Través de la Puerta Estrecha, La Historia de una Monja. El relativo éxito la llevó a la televisión y sus siguientes publicaciones entraron en las listas de los más vendidos. «Era hostil hacia la religión y escribí algunos libros insensibles y sin saber mucho», dice. Un viaje a Jerusalén cambió su vida. «Allí conocí el islam y el judaísmo y empecé a ver tanto lo bueno que había en ambos como lo mejor que tenía mi propia tradición», agrega. Profundizó en las religiones monoteístas y llegaron más éxitos editoriales.

Luego se sumergió también en el estudio de tradiciones espirituales orientales.
En 2008, Armstrong ganó el Premio TED y pidió que se le ayudara a montar la Carta por la Compasión, elaborada por un grupo de pensadores inspiradores de las tres tradiciones abrahámicas: judaísmo, cristianismo e islam, basada en el principio fundamental de la regla de oro, común a todas las religiones. “No le hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”.

Creó un sitio web y solicitó ayuda al público para la redacción de la Carta; recibió 160.000 comentarios. En noviembre 12 de 2009 la carta se lanzó formalmente. La firman el Dalai Lama, el Arzobispo Surafricano Desmond Tutu, Deepak Chopra, la Reina Rania de Jordania, Isabel Allende, músicos como Peter Gabriel y Paul Simon y muchas personalidades y numerosas personas individuales. Ya pasan de 2 millones los adherentes a la Carta. En sitios como Dublin, Pakistan y Australia hay campañas para recolectar firmas. Sinagogas, Iglesias y Mezquitas promueven su apoyo.

En Cali en 2015 se promovió la creación del movimiento Cali Contigo, Una Ciudad Compasiva, auspiciado por Comfandi y centrado en los adultos mayores y la difusión de los cuidados paliativos. La Carta por la Compasión en un enfoque más amplio comprende toda la humanidad.

Carta por la Compasión
El principio de compasión permanece en el corazón de todas las tradiciones religiosas, éticas y espirituales, y siempre nos pide tratar a los otros como nos gustaría ser tratados. La compasión nos impulsa a trabajar sin cansancio para aliviar el sufrimiento de nuestros semejantes; nos motiva a dejar de lado el egoísmo y aprender a compartir y nos pide honrar la inviolable santidad de cada ser humano, tratando a todos, sin excepción, con absoluta justicia, equidad y respecto.

Es además necesario en la vida pública y en la privada abstenerse de causar dolor de manera sistemática y categórica, actuar o hablar de manera violenta, obrar con mala intención, manejarse priorizando el interés personal, explotar o denegar los derechos básicos e incitar al odio denigrando a los otros – aunque sean enemigos – actuar de manera contraria, implica negar nuestra humanidad. Reconocemos haber fallado en vivir con compasión y sabemos que alguien ha incluso incrementado la miseria humana en nombre de la religión.

Por eso pedimos a hombres y mujeres ~ restaurar la compasión al centro de la moralidad y de la religión ~ volver al antiguo principio que afirma que cualquier interpretación de la escritura que incite a la violencia, el odio o al desprecio, es ilegítima ~ garantizar a los jóvenes una información positiva y respetuosa sobre otras tradiciones, religiones y culturas ~ estimular a una positiva apreciación de la diversidad cultural y religiosa ~ cultivar una empatía consecuente con el sufrimiento de los seres humanos, hasta con aquellos que consideramos enemigos.

En nuestro mundo polarizado hay una necesidad urgente de transformar la compasión en una fuerza clara luminosa y dinámica. Arraigada en la determinación de trascender el egoísmo, la compasión puede romper las fronteras políticas, dogmáticas, ideológicas y religiosas. Nacida de nuestra profunda interdependencia, la compasión es esencial para las relaciones humanas y para la realización de la humanidad. Es el camino hacia la claridad, indispensable para la creación de una economía justa y de una comunidad global y pacifica.

Karen Amstrong asimila la Compasion a manejar un carro: Usted no aprende a manejar leyendo el manual del vehículo. Usted debe colocarse detrás del volante y entrar en el tráfico. En su Libro “Doce Pasos para una Vida Compasiva” propone las siguientes etapas consecutivas:

Primer paso: Aprende sobre la compasión
Segundo paso: Mira tu propio mundo
Tercer paso: Compasión por ti mismo
Cuarto paso: Empatía
Quinto paso: Mindfulness
Sexto paso: Acción
Séptimo paso: Qué poco sabemos
Octavo paso: ¿Cómo deberíamos hablarnos unos a otros?
Noveno paso: Interés por todo el mundo
Décimo paso: Conocimiento
Undécimo paso: Reconocimiento
Duodécimo paso: Ama a tus enemigos

Sobre la Compasión trataremos en posteriores Conversatorios.

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